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Esto le pasó a Tiburones de La Guaira

Confío plenamente que todo lo que pasa en este universo (y también en universos paralelos) tiene razones y causas. Lamentablemente el humano no tiene la capacidad de responder todas las preguntas que se han propuesto. Afortunadamente en el beisbol sí.

Esta temporada regular 2012-2013 de la LVBP dejó una gran sorpresa: Los dos finalistas de la temporada anterior fueron eliminados, sin ningún tipo de esperanza faltando más de una semana de campeonato.

Especialmente el equipo de los Tiburones de La Guaira tienen mucho que reflexionar, o al menos sus directivos. Las estadísticas son completamente desfavorables para el equipo y son perfectos argumentos para decir que este equipo no tenia oportunidad de clasificar.

Para iniciar, el pitcheo de este equipo recibió un total de 6.23 carreras por juego (es en serio). No hay manera de justificar esta estadística. Rockies de Colorado, en la que fue posiblemente la peor temporada de su historia, en el estadio que mas aventaja a los bateadores de las Grandes Ligas, perdiendo 98 encuentros de 162, permitió 5.49.

La verdad es que en esta liga se hicieron alrededor de 0.57 carreras más que en MLB, pero también es cierto que el promedio de carreras recibidas por juego fue de 4.89 y sin los Tiburones de La Guaira 4.70. Sin duda alguna con tan mala actuación es casi imposible obtener buenos resultados.

Para los fanáticos, esto es aun más dramático. Ya que cuando los Tiburones perdían, recibieron un total de 7.91 carreras y cuando ganaban 4.38. Esto quiere decir que a pesar de que resultaran victoriosos, la agonía de recibir más de 4 carreras no se podía evitar.

Como inicie este articulo, no solo considero estas las causas de la eliminación de los Tiburones, el cuerpo monticular simplemente no estaba capacitado para enfrentar esta temporada, puesto a que, no considero 6.23 carreras por juego una cifra digna.

Los lanzadores importados recibieron un total de 10.9 hits por cada 9 innings, con un promedio de 6.24 carreras y 5.49 carreras limpias por cada 9 innings (distinto a carreras por juego). Un WHIP de 1.68 y la peor relación de ponches y bases por bolas del año. El promedio de bases por bolas fue de 4.27 por cada 9 entradas, mientras el resto de la liga 2.99.

Les Walrond

Entonces, ¿de verdad los pitchers foráneos estaban capacitados? Veamos:

Fuera del país, los pitchers importados lograron estas estadísticas en el 2012: 1057 innings pitchados, 4.65 carreras y 3.52 bases por bolas por cada 9 innings lanzados. 632 de esos innings (60%) se llevaron a cabo en AAA. En esta liga, el promedio de carreras limpias fue de 4.75, con un descontrol que permitió un total de 1.91 ponches por cada base por bolas. Esto quiere decir, básicamente, que de forma general las estadísticas de estos lanzadores no estuvieron tan mal, pero analizándolas en contexto, una efectividad de 2.09 en A+ y 3.19 en AA son las que mantienen esos números fuera de lo anormal.

Pero, siendo francos: ¿El nivel ofensivo de A+ y AA es igual al de la LVBP? Si los mejores pitchers importados que llegaron al equipo se llevaron a cabo en ligas de desarrollo, ¿no era predecible que fueran completamente aplastados por el arsenal venezolano?

Tenemos casos como el de Will Savage. Fue quien más innings lanzó en los últimos dos años fuera del país entre importados de La Guaira, su efectividad era de 4.77 y ponchaba menos de 5 bateadores por cada 9 innings. Solo retiró 8 bateadores en Venezuela y fue retirado por la directiva. ¿En serio? ¿No era predecible? ¿No es un movimiento totalmente fracasado?

Otro caso: Dan Serafini en AAA en las últimas dos temporadas recibió 6.40 carreras por cada 9 innings (peor que La Guaira) y 1.06 ponches por cada base por bolas (prácticamente nada de control de la zona). WHIP de 1.69. Pitchó tan solo 5 entradas con el equipo, pero ¿Por qué traer un lanzador como este? ¿No será que cobra la decima parte de un pitcher de altura?

Tiburones de La Guaira

Sin embargo, estamos olvidándonos de algo: ¿Qué le pasó a los criollos? Pasó que pitcharon peor que los importados.

La verdad es que existió un uso excesivo de piezas jóvenes, el promedio de edad de los criollos fue de 24.2, el más bajo de la liga. Tanto así que 9 de los 24 lanzadores tenían 22 años o menos. Ya que estos pitchers no causaron sensación en la liga por su excelente actuación (solo dos tuvieron efectividad por debajo de 4.00), tenemos que reconocer que existe un serio problema de recopilación de lanzadores en el equipo. De no ser así, podemos al menos decir que al menos es inferior al resto de la liga.

Es muy básico: Los pitchers criollos de La Guaira recibieron 6.44 carreras por cada 9 innings. La liga completa (incluyendo a los Tiburones) tuvo 5.10. Es evidente que el déficit es tremendo.

Los criollos con al menos 10 episodios, recibieron 6.11 carreras por cada 9 episodios y promediaron 10 hits. Sin embargo, el descontrol es lo que mas afectó al equipo, 4.01 bases por bolas por cada 9 entradas de parte de este grupo mencionado, es inaceptable.

La llegada de Eduardo Figueroa fue catastrófica para el equipo. A pesar de que he sostenido que Eduardo Escobar trae pocas cosas buenas a cualquiera, traer a un pitcher defectuoso por él es aun más trágico. Figueroa fue el segundo venezolano que mas participó, pero su efectividad fue de 7.31. Fueron más bases por bolas que ponches en su accionar. Como abridor y relevista hizo un daño profundo al equipo.

Se piensa que Junior Guerra ‘rindió’ para La Guaira. Pero, embasó un total de 1.96 hombres por inning. Su promedio de carreras limpias fue de 5.88 y no fue mayor, tomando en cuenta los 39 hits en 26 innings que recibió, por pura suerte.

Jeanmar Gomez

Jeanmar Gómez supuestamente era el mejor abridor que La Guaira podía tener. Sin embargo cuesta creer que en promedio, lanzó menos de 3 entradas. No fueron por simples restricciones. Un promedio de 1.74 ponches y bases por bolas por inning, causaron que promediara 8.79 carreras limpias y sucias por cada 9 entradas.

La improvisación fue evidente al final de la temporada cuando pitchers que no debían abrir, abrieron. Esto demostró la falta de planificación que existió en el movimiento de importados y la falta de base criolla. No critico a un gerente que no trae a un pitcher importado un 15 de diciembre porque no tiene otro. Critico a aquel que meses antes del 15 de diciembre no tenía en planes tener un pitcher de calidad.

En la parte ofensiva, Tiburones fueron sin discusión alguna, los líderes de la liga. Sin embargo ciertos momentos de importancia se vieron acompañados de bajones ofensivos.

Por ejemplo, es de simple lógica afirmar que para que un inicio de 8 derrotas pone el resto del camino más complicado. ¿A que se debió? La ofensiva estaba enfocada en una importación muy buena, que a pesar de eso, empezó muy mal. Gregor Blanco y Héctor Sánchez jugaban en los playoff de Grandes Ligas, Salvador Pérez aun no tenía permiso, Alex Cabrera se ausento por una lesión mas de lo que debía y como resultado, la peor ofensiva de la liga en las primeras semanas era de La Guaira.

Si esto se suma a un pitcheo mediocre, no pueden resultar otras cosas que derrotas. Sencillamente.

Darin Ruf

Algo muy similar ocurrió, en el juego de La Chinita. Significó aquel juego para Darin Ruf, Alex Castellanos y Scott Van Slyke el último juego de la temporada (cabe resaltar que la actuación de los primeros dos fue extraordinaria). Despues de ese juego, se fueron piezas fundamentales de la ofensiva, por lo que de nuevo tuvieron una sequia donde apenas lograron ganar un juego de diez.

Entonces: ¿De qué sirve que traigas a los mejores bateadores de las Ligas Menores, si la planificación va a ser tan mala que se van tres piezas el mismo dia? Aclarando, tres piezas sin sustitutos.

Ahora, entrando en uno de mis temas favoritos, Oscar Salazar fue considerado por la directiva y el manager del equipo como un jugador digno de ser titular con el equipo. Explicaré a continuación por que fue el peor jugador de la liga: Si comparas el OPS del Cachi, con el resto de la liga, ajustándolo a su estadio, él es el peor de todos los bateadores. Si comparas su producción ofensiva con el resto de la liga, de nuevo ajustándolo al estadio, él es el peor de todos los bateadores. Promedio de bateo de .212, OBP .297. Logró crear tan solo 15 carreras, mientras que Cervelli lo hizo en 128 apariciones menos. Además de esto simplemente no tiene posición. Se busca en donde hace menos daño a la defensa y supuestamente es ‘utility’ pero no sirve en ningún lado. Algunos creen que por ser el capitán juega una posición importante del equipo, pero este hombre que perdió su confianza y no logró alzar cabeza en todo el año, no puede subirle los ánimos a ningún equipo. Lo peor es que tiene el valor de decir que todavía le quedan seis años más en el beisbol.

Seria inteligente cambiárselo a alguien que todavía piensa que es bueno.

Oscar Salazar

A su vez, existen ciertos personajes de La Guaira que deben ser aprovechados. Maicer Izturis, Dioner Navarro, Alex Cabrera, Oscar Salazar, José Martínez, son peloteros que no son de vital importancia para el equipo en este momento y para otros equipos pueden ser muy llamativos. Una directiva prudente en este momento debería iniciar un proceso de renovación. Utilizando estas piezas y otras más, el pitcheo, por respeto a la fanaticada, debe tener otra cara.

Los abonos del equipo aumentaron el doble del año anterior y el esfuerzo de la directiva no aumentó  el doble. Como expongo varias veces, se limitaron a tener un equipo competitivo sin aspiraciones mayores y la planificación fracasada. Definitivamente su misión ha sido ganar dinero, tanto así que cobraron entradas incluso a juegos de la final, después de que fueron a la primera en veinticuatro años. Mientras que su misión no sea deportiva, no tendrán ningún tipo de excito en el terreno.

Gerencia Tiburones II

Veo al deporte como un espectáculo, al igual que ir al cine, el teatro o un concierto. Cuando van a ver una película que no les gusta ¿regresarían? No, ¿verdad? Bueno, La Guaira este año se dedicó a enseñarnos una y otra vez una historia muy frustrante. La pregunta es: ¿Por qué los fanáticos siguen yendo religiosamente? La respuesta es que este equipo es muy especial, quienes realmente lo aman pueden afirmarlo. Por eso mismo deben exigir respeto. La directiva tiene que entender que a estas alturas un segundo lugar es un fracaso. El campeonato tiene que ser la única meta del equipo.

Marcos Davalillo

El manager

No apoyo muchas críticas que culpan a Marcos Davalillo de lo sucedido. Pero, ¿Qué pasa? Que los managers no pueden hacer milagros cuando un pitcheo recibe 6.23 carreras por juego. Botando a Davalillo y aplicando la misma gerencia, no van a cambiar las cosas. Sin embargo, esto no quiere decir que comulgue con la manera de dirigir de Davalillo. Su nivel de ignorancia de las nuevas tendencias del beisbol son realmente extremistas, hasta llegar al punto de decir que no revisa ni siquiera las estadísticas básicas con regularidad. Esta es una simple muestra de lo desconectado que está con el beisbol y su conocimiento de lo que es bueno y malo para el equipo en una situación de probabilidades.

Rafael Alvarez

No todo es malo

Voy a enumerar algunas cosas que me gustaron de la temporada.

  • La camisa de celebración del 50 aniversario es simplemente brutal. De un color pastel y la palabra ‘Tiburones’ en el pecho. En las mangas unas pequeñas líneas rojas y azules. Sumamente clásica.
  • Rafael Álvarez dejó en el terreno en uno de los mejores juegos del año justo el dia en el que se celebraron 50 cumpleaños del equipo. El mejor dia para el fanático guairista definitivamente. El video aquí.

Salvador Perez

  • Salvador Pérez, como leí en las redes sociales, parecía un jugador de video juego que fue editado y le aumentaron todas las habilidades. Qué clase de jugador, a tan temprana edad fue un líder claro del equipo y con una temporada completa debía ser el jugador más valioso de la liga. Fueron 9 carreras impulsadas menos que Ernesto Mejía, con casi la mitad de los juegos.
  • Mauricio Robles y Joseph Ortiz conformaron una dupla muy productiva como zurdos en el bullpen salado. Entre los dos sumaron 35 episodios en los que recibieron 14 carreras limpias. Cifras excelentes en esa tempestad.
  • CJ Retherford me dijo por Twitter que quedó sumamente contento con el equipo. Jugó 61 de los 62 encuentros, siendo un fuerte candidato a repetir. Sus labores fueron bien recibidas por directiva y fanáticos: .288/.367/.455.
  • Javier Herrera despertó el bateador estrella que según muchos no había explotado por lesiones. Fueron 8 jonrones en 28 juegos y uno cada 11.8 turnos. Notable.
  • El juego más loco que jamás haya visto fue entre Navegantes y Tiburones esta temporada. Escribí una descripción del mismo que explica con detalles a qué me refiero: Win Expectancy de la ‘locura’ en el Universitario.

Alex Cabrera

  • Definitivamente fue el año de los jonrones para el equipo. Dieron un total de 73 en 62 juegos (record de la franquicia) liderando la liga. Sumando los jonrones de Caribes y Cardenales llegaron a 77. La Guaira tuvo un total de 6 bateadores con 7 jonrones o más. Scott Van Slyke y Javier Herrera tuvieron juegos de 3 jonrones. 9 grand slams, 3 de ellos por Alex Cabrera.
  • Enrique González mejoró considerablemente su relación entre ponches y bases por bolas. Antes de esta temporada había sido 2.03 ponches por bases por bolas y esta zafra fue de 8.50, debido a 34 ponches y apenas 4 boletos en 27 innings y dos tercios de labor. A su vez, Anthony Ortega demostró que es ahora es ‘ponchador’ con un promedio de 10 abanicados por cada 9 innings. Muy diferente a los 4.95 que había tenido el resto de su carrera.

No queda otra que esperar a Octubre. Espero que las personas de la directiva cambien o que cambien a las personas de la directiva.

Gerencia Tiburones

Win Expectancy de la ‘locura’ en el Universitario

Como muchos pueden ver en los titulares de los periódicos deportivos en Venezuela, anoche en el estadio Universitario de Caracas, se vivió una ‘locura’ de juego. Personalmente lo puedo certificar, el encuentro entre Navegantes del Magallanes y Tiburones de La Guaira es de los más raros que pueden existir. Se hicieron 11 carreras en los primeros dos innings y 17 en los últimos dos. Los dos equipos perdieron ventajas de 4 carreras en la novena entrada. Utilizaron 15 lanzadores. De 33 carreras solo 2 fueron sucias. Entraron 13 carreras a raíz de 6 cuadrangulares. El juego duró cuatro horas y media.

Muchos se preguntarán, ¿Cómo puedo demostrar la emoción de este juego gráficamente? ¿Cómo se determina numéricamente las dos remontadas que se llevaron a cabo en el Universitario? La magia de la sabermetría le tiene respuestas a esas preguntas y a muchas más.

Como explicó previamente nuestro compañero Tadeo Varela en su articulo Expectativas de Victorias (Win Expectancy) en la LVBP, las expectativas de victorias no son más que las probabilidades que tiene un equipo u otro de ganar el juego en un punto específico. Lógicamente, cuando el primer bateador del encuentro está en la caja de bateo, cada equipo tiene un 50% de probabilidades de ganar. Sin embargo, si en esa primera entrada el equipo visitante no hace carreras, el de la casa aumenta sus expectativas, ya que tiene una entrada más como oportunidad para anotar.

Con la ayuda de la pagina americana HardballTimes.com y tomando en cuenta que cada equipo anota alrededor de 4.5 carreras por juego en la LVBP, una calculadora virtual nos apunta las probabilidades de victoria para cada equipo del encuentro previamente mencionado.

Si utilizamos estos valores y los colocamos en una grafica, esto es lo que conseguimos:

Las jugadas de mayor importancia son señaladas. Existe una línea que separa ambos equipos, esta indica que ambos tienen la misma expectativa. Sin embargo, como puedes notar, en la mayor parte del juego la pizarra estuvo muy dispareja, por lo que la grafica beneficia rotundamente a uno de los equipos por encima del otro en la mayoría de los casos.

A continuación una tabla con las jugadas que hicieron un mayor cambio en la expectativa de ganar en el juego: (Las expectativas se refieren al equipo home club)

Jugada Inning WE inicial WE final Diferencia WE
Doble Short Baja 9 .564 1.000 .436
Sencillo Anderson Alta 9 .419 .053 -.366
Grand Slam Retherford Baja 1 .454 .720 .266
Sencillo Olmedo Baja 9 .412 .635 .223
Sencillo Andrus Alta 9 .838 .626 -.212

Se lee: En el doble de Short en la parte baja del noveno inning, La Guaira tenía una expectativa de ganar de .564 (56%) y pasó a tener 1.000 (100%), por lo tanto, le aporto un .436 (44%) de la victoria.

Al inicio del noveno La Guaira tenía un 99% de probabilidades de ganar, mientras que en la parte baja del noveno tenía 2%, y aun así, lograron la decimo sexta victoria de la temporada.